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Introducción
El domingo 21 de mayo, el electorado griego se prepara para una cita decisiva: elegir a sus representantes en los 300 escaños del Parlamento griego para los próximos cuatro años. Los sondeos apuntan a una victoria del partido de derechas Nea Demokratia (Nueva Democracia). Sin embargo, una serie de cuestiones importantes, como la respuesta al Covid-19, los escándalos de vigilancia, el aumento vertiginoso del coste de la vida y un reciente accidente ferroviario, podrían inclinar la balanza.

Entender la nueva ley electoral
Estas elecciones suponen un cambio en el sistema electoral, marcando las primeras elecciones nacionales del nuevo milenio en Grecia bajo un sistema de representación proporcional simple, herencia del anterior gobierno de coalición SYRIZA-ANEL. Este sistema implica la casi imposibilidad de mayorías de un solo partido, un alejamiento de la tradición política griega, aunque no significa que el primer partido pueda ser fácilmente ignorado en la formación de gobierno, especialmente cuando mantiene una ventaja significativa. Sin embargo, las futuras elecciones se celebrarán con arreglo a la nueva ley aprobada por el actual gobierno de Nueva Democracia, que aplica un sistema de representación proporcional reforzada que favorece al primer partido.

La nueva ley electoral también suprimió la "prima" de 50 escaños para el primer partido e introdujo un cómputo de escaños parlamentarios para cada partido que obtenga al menos el 3% de los votos válidos en la respectiva contienda electoral. Este cambio respondía a la preocupación de Nueva Democracia por el posible bloqueo político que suponía la representación proporcional simple, cuando el partido votó a favor del restablecimiento de la antigua representación proporcional reforzada, y que se seguirá en futuras elecciones, según la Constitución griega. Además, Nueva Democracia también permitió por primera vez que los griegos que viven en el extranjero también pudieran votar en estas elecciones.

El tablero político: Escenarios e implicaciones
El panorama político griego es un laberinto de relaciones complejas y cargas históricas. Nueva Democracia, por ejemplo, defiende un gobierno de partido único y rehúye las coaliciones, en particular con el PASOK-KINAL, gracias al agriamiento de las relaciones a raíz de un escándalo de escuchas telefónicas, surgido en la primavera de 2021, que implicó la vigilancia de su presidente, el Sr. Androulakis, pero también de periodistas, empresarios y el jefe del ejército griego por parte de la Agencia Nacional de Inteligencia (AIN) -una agencia directamente bajo la supervisión del primer ministro- y que sigue sin resolverse.

En este contexto, el primer y más destacado escenario es que ningún partido supere el umbral de 50% de los votos y, en consecuencia, no se forme ninguna coalición, lo que llevaría al país a una segunda vuelta de las elecciones en julio. Entonces, el primer partido, muy probablemente Nueva Democracia, se beneficiará de nuevo de la "prima" de 50 escaños y tendrá más fuerza para formar un gobierno de partido único.

Sin embargo, SYRIZA y PASOK-KINAL, los principales partidos de la oposición y socialista respectivamente, prefieren la formación de un gobierno de coalición tras la primera vuelta. Alexis Tsipras, presidente de SYRIZA y ex primer ministro, aboga por la formación de una amplia "coalición de partidos progresistas" tras las próximas elecciones, llamando al PASOK-KINAL y al DiEM25 de Yanis Varoufakis a unir sus fuerzas. Sin embargo, este escenario parece improbable, ya que las encuestas actuales indican que estos partidos no alcanzarán el número de escaños necesarios, y el PASOK-KINAL aboga por un primer ministro de "aprobación común", una petición no aceptada por Alexis Tsipras, Además, el PASOK-KINAL no considera a Varoufakis un representante del frente progresista.

El último escenario implica una colaboración entre Nueva Democracia y el partido populista de derechas "Solución Griega". Sin embargo, esta colaboración no alcanzaría la mayoría y podría perjudicar políticamente a Nueva Democracia. La afiliación del partido a los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), liderados por la primera ministra italiana Giorgia Meloni, suscita las críticas de los miembros liberales del Partido Popular Europeo (PPE).

A partir de ahora, la probabilidad de una coalición depende de los resultados electorales de partidos como el PASOK-KINAL y de la posibilidad de que se produzcan cambios significativos en las alianzas de los partidos. Sin embargo, lograr una coalición viable puede resultar difícil, con la posibilidad de una segunda vuelta de las elecciones en julio.

Conclusiones: Lo mismo de siempre o convergencia para el cambio
Los sondeos a pie de urna sugieren una ligera ventaja para Nueva Democracia el próximo domingo. Sin embargo, esto puede cambiar radicalmente si más gente, especialmente los jóvenes, acude a las urnas. Por este motivo, el líder de Syriza, Alexis Tsipras, ha hecho un llamamiento constante a los jóvenes votantes para que confíen en el proceso electoral, y en su partido, y acudan a las urnas el domingo.

No obstante, sea cual sea el resultado de las próximas elecciones, parece muy poco probable que ningún partido haga concesiones considerables para formar un gobierno de coalición fuerte que pueda dirigir el país durante los próximos cuatro años, lo que llevaría al país a una segunda vuelta de las elecciones este mismo verano.

Pero, por encima de todo, el próximo gobierno griego, ya sea de derechas o de izquierdas, se enfrenta a la hercúlea tarea de aplicar políticas económicas estrictas para gestionar la creciente deuda nacional, que actualmente asciende a 171% del PIB, la más alta de la UE. Queda por ver si el próximo gobierno puede recabar un amplio apoyo para facilitar el crecimiento y la estabilidad, o si la política de poder y la polarización de los partidos seguirán definiendo el panorama político nacional.

Autor:
Georgios Mavrodimitrakis
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